La personificación del mal en los actos de los seres humanos, se ha atribuido a un ser etéreo, a otra especie de “Dios” de los miles que existen en las mentes de las personas alrededor de este planeta.
Las artes son el modo de expresión más directo para llegar a los sentidos de otros seres vivientes. Durante siglos la humanidad ha dejado huellas en distintas culturas, sus creencias y tradiciones pasan de generación en generación y estas se van transformando con el paso del tiempo.
En la edad media, época de cacería de brujas donde todo lo relacionado con la sabiduría, artes y conocimiento estaban abrazadas con la oscuridad y proveniencia de “El Diablo” según la iglesia y los fanáticos religiosos, estos pensamientos cobraron millones de vidas alrededor del mundo.
La dictadura de la iglesia era la única que tenía acceso a estudiar estos temas, desde luego la música cumplía un papel fundamental y los músicos estaban encasillados a crear obras referentes a estas creencias religiosas, todo aquel que pensara diferente sería torturado, ahorcado o quemado en la hoguera, especialmente si era mujer.
Quizá mito o leyenda, tal vez algo sobrenatural o la simple envidia de otras personas, han desarrollado historias de músicos que lograron técnicas veloces y de muy difícil interpretación. Ya en el siglo XVII la historia registró el talento de Guiseppe Tartini, sobre aquel sueño donde el Diablo interpreta una canción tan hermosa que Tartini nunca logró interpretar. Poco tiempo después aparece Paganini, otro virtuoso recordado por sus composiciones en violín que se consideran obras maestras de la música moderna, y quien además era guitarrista y violista.
Su éxito fue atribuido a un pacto con nuestro invitado el Diablo, pacto que a su vez era acompañado de una maldición.
Un siglo después una nueva ola musical invade Norteamérica. El jazz con sus raíces negras lleva ese aire de libertad que ya sea por etnia o talento, o talvez otras razones provoca en la sociedad un desequilibrio para muchos “puritanos” y extremistas religiosos, que aún prevalecían en un mundo nuevo. Claro está, se debía atribuir algo que los llamados “blancos” decían ser malo, a una obra de nuestro invitado, además era de descendencia Afro y eso era otra gran excusa para “satanizarlo” si es que se quiere bautizar de alguna manera.
El siglo XX empezó a liberarse de la esclavitud que durante siglos la iglesia mantenía, así el poder de la iglesia fue cayendo lentamente a través de las artes. Asociado con el Jazz, el blues fue otra corriente definitiva que hace más hueco en la sociedad de la época. Mezclado con algo de música góspel, deriva de la gente de piel negra que trabajaba en el sur de los Estados Unidos bajo la expansión industrial del algodón desde el siglo XVIII y en las prisiones donde los reos eran sometidos a trabajos pesados. Aunque la esclavitud se abolió por decreto en 1865, muchas de estas personas no gozaban de beneficios y eran discriminados cortando muchos de sus derechos, otra forma de esclavitud. Es en estos lugares donde ese tipo de represión desarrolla ideas de libertad.
El blues es una música que originalmente es cantada a capela, en otras es acompañada con guitarra acústica y en otras con una armónica en su base primitiva. Canta historias que van desde los abusos, muerte, tradiciones, creencias, anécdotas laborales, amor y hasta hechicería.
Robert Johnson fue el Blues Man más directo en componer e interpretar canciones alusivas al Diablo. Cuenta la leyenda que vendió su alma al “maligno” a cambio de interpretar la guitarra de manera única para la época, algo similar a la historia de Paganini.
Pero no solo hasta ahí llegaba el blues con su acercamiento a la oscuridad y no es por el tono de piel, existió una variación del Voodoo la práctica tradicional de magia con raíces africanas, canciones que hablan sobre estas costumbres al cual le llamaron Hoo Doo blues, aunque no es directamente una relación con algo maligno, es mejor interpretado como una mezcla de rituales derivados de diversas creencias.
Gertrude ‘Ma’ Rainey – Louisiana Hoo Doo Blues
(Grabado en Chicago, mayo de 1925)
Going to the Louisiana bottom to get me a hoodoo hand
Going to the Louisiana bottom to get me a hoodoo hand
Gotta stop these women from taking my man.
Down in Algiers where the hoodoos live in their den
Down in Algiers where the hoodoos live in their den
Their chief occupation is separating women from men.
The hoodoo told me to get me a black cat bone
The hoodoo told me to get me a black cat bone
And shake it over their heads, they’ll leave your man alone.
Twenty years in the bottom, that ain’t long to stay
Twenty years in the bottom, that ain’t long to stay
If I can keep these tush-hog women from taking my man away.
So I’m bound for New Orleans, down in goofer dust land
So I’m bound for New Orleans, down in goofer dust land
Down where the hoodoo folks can fix it for you with your man.
“Para entablar una relación con el diablo hay que tener compromiso”.
Henrik Ibsen
@gandresgato
